miércoles, 30 de noviembre de 2016

SOBRE LA LIBERTAD | Ensayo N#1



SOBRE LA LIBERTAD Y CÓMO NOS VENDEN GATO POR LIEBRE PORQUE NO SABEMOS LO QUE ESTAMOS HACIENDO

Como humanos, seres de realidad, nos vemos llenos de pesadez por el ritmo de vida que nos agobia, tanto, que necesitamos escapar y sumergirnos dentro de un surrealismo absurdo que nos ayude a sobrellevar el porvenir que cierne sobre nosotros (el día a día por el resto de nuestras vidas). Dicho surrealismo está basado en nuestra imaginación e incluso invenciones inteligentes que se han desarrollado a lo largo de la historia.

¡Libertad o nada!
            Anteriormente nuestra realidad se veía mermada sólo por el lenguaje de las historias fantásticas que nos brindaban los autores más renombrados, ello reforzaba nuestro intelecto, e influenciaba la ética y la moral de las masas, y lo que era o no políticamente correcto. Ahora nos ensimismamos en artefactos electrónicos: portales que a través de una pantalla nos transportan a fantasías audiovisuales, en muchas ocasiones sin una pizca de sentido, sin un mensaje intelectual que nos influencie positivamente en la toma de ciertas decisiones. 

Al estar embelesados por dicha (y alegremente sin negarlo, necesaria) tecnología, caemos en un abismo de marketing vacío y belleza pomposa como si de un abstracto arte kirsch se tratase, sólo que, por supuesto, sin un trasfondo.

Ello deriva, como es más razonable pensar, en la transformación de nuestros valores: la ética, la moral, y de por supuesto, nuestra libertad; esta última tan malograda en los últimos años.

La libertad está directamente ligada a la democracia, pero lamentablemente, en materia actual, ésta difiere con esa forma de gobierno de la Grecia Antigua bajo el mismo nombre, y mucho más del pequeño atisbo de democracia que existía 40 años atrás; tiempo en el que, a pesar de estar gobernados por socialistas (una versión ligera de hoy en día) pisábamos tierra como es debido, y sabíamos, de alguna forma, tomar decisiones puesto que la tecnología, o las “pantallas” de aquél entonces no nos dominaban como lo hacen ahora.

No somos libres, menos ahora que nuestras decisiones se ven controladas por los aparatos, y no realmente por ellos, sino por los que se nos presentan a través de dichos artefactos. Ya no podemos decidir a mano firme a quién nos gobierna y/o representa, (que realmente ese debería ser el verbo y sustantivo, representante) mucho menos pensar en revocar, porque estamos dormidos.

Estamos tan dormidos que no nos damos cuenta de que estos “representantes” se han dado a la tarea de dialogar sobre nuestra libertad, cosa que no es un negocio, sino un derecho, algo que no se debe exigir, sino que está tácito en la palabra “humano”, o mejor dicho, venezolano. Estamos tan apaciguados que no abrimos los ojos para discernir que en realidad ni siquiera podemos votar, porque estamos en una dictadura que nos ha demacrado, en conjunción a una inteligente manipulación mediática (los felicito, bastardos, por lo menos son lo suficientemente inteligentes como para aún poder jugar con las mentes de la ciudadanía adormilada) durante aproximadamente unos 18 años, y quién sabe cuántos más si es que no despertamos…

Nuestra ética, (esa maraña de supersticiones que se transforman con el tiempo) se ha visto mermada. La ética personal de cada individuo es una amalgama de propaganda, creencias populares, y la imposibilidad –o la no querencia– de profundizar en el conocimiento y en temas políticos, sociales, económicos, y por supuesto democráticos que en realidad sí tienen importancia, porque nos intentan dar a la idea de “tú sólo pon el voto, y nosotros hacemos el resto”. ¡No es así! Los ciudadanos deben culturizarse y saber qué es lo que están haciendo y cómo lo están haciendo, y los jóvenes –los estudiantes– son los que debemos tomar el estandarte hacia esa meta libertaria que representa nuestra bandera, el tricolor nacional: ¡nuestra libertad!

Como lo he dicho, no hay decisiones inteligentes, y por ello no sabemos si realmente concordamos con los llamados “representantes” actuales, no sabemos leer entre líneas, y cuando todo va mal, nos apaciguamos pensando que “el tiempo de Dios es perfecto”, y a pesar de que pudiese llegar a serlo (palabra de un vago creyente), Él nos da el tiempo para actuar, porque Él nos dio el libre albedrío, lo tenemos todos, se llama inteligencia, desconfianza. Y a pesar de todo, nos quedamos esperando, como borregos…

No existe una representación acorde a nuestras necesidades, y no hay una ciudadanía pensante –que somos los verdaderos gobernantes– que “nos saque las patas del barro” como dice el dicho popular.

La tecnología, manipulada por estos dominadores, apaciguó nuestro pensamiento humano, es decir, nuestra ética personal (por la cual decidimos a quién seguir y con base a qué ideales) se ha transformado en una ambigüedad surreal de la que difícilmente podemos escapar, ello afecta a nuestra democracia (ya no nos gobernamos, abre los ojos, estamos en dictadura), y por ende ahora somos lo que construimos: borregos consumidores, apaciguados por un Régimen con una ideología arcaica y una dizque Oposición que comparte los mismos ideales rojos y que, como dije anteriormente, negocia sobre algo que es inherente a nosotros: el ser libre.

Ya basta de las cadenas, es hora de que abramos nuestras mentes, con armonía, y con el verdadero poder que tenemos los jóvenes: Nuestras voces y nuestra mente. Demostremos que no estamos solos, y que podemos cultivar nuestro país, juntos, luchando de la mano para hacer surgir el país que todos queremos: Nuestra Venezuela futura.
¡Libertad o nada!

martes, 1 de noviembre de 2016

ACUARIO | Poema N#18



ACUARIO

Te quiero, y quiero necesitarte
 
Te quiero, y deseo que me necesites

No sabes cuánto ansío el verte suspirar

No sabes cuánto pido el poder volverte a besar, y es que los besos no son sólo físicos

Cuando tus labios chocan con los míos, siento que te beso hasta el alma,

y tu espíritu sabe tan dulce…,

que me amarga

¡Me amarga el simple hecho de no poder despertar entre tus cabellos!

Y es que, estás tan cerca…, que lloro cuando estás lejos

Porque te siento a mi lado, porque te quiero demasiado

¡Porque las cosas que digo, nunca las hago en vano!

Y heme aquí, cansado, preso de tu boca…

¡Estoy aquí suspirando por sostenerte de nuevo! Aunque sea por sólo unas horas.

¿Quién dice que tus opiniones no importan? Yo sólo las callo por un rato

¡Para ponerme el reto de que me vuelvas a aceptar entre tus brazos,

y sea sólo yo quien contenga todos los deseos de un espíritu tan libre!

Y es que eres de aire, y como aire te me escapas.

Te respiro,

y ya no existes.

Pero existirás, y sé que te gustan los retos y los juegos.

En ese caso, juguemos.

Te reto a que no sientas, te invito a olvidar los besos

¡Te invito a borrar mis versos de tu mente luego de leerlos!

O tal vez, pido que no mates la probabilidad de un buen recuerdo

Y que como el aire, no te desvanezcas.

Sólo ve, sueña, piensa.

Porque te quiero mucho.

Te quiero libre.

Y te quiero cerca.

domingo, 18 de septiembre de 2016

TE VEO UN POCO | Poema N#17



TE VEO UN POCO

Te veo un poco, y es que te analizo

Te veo un poco y es que no calculo, incluso pienso, pero no me calmo

Y a veces, cuando suspiro, dejo de pensarte

Porque es como si me perdiese en esa, tu sonrisa radiante

No me apuro, y tampoco disimulo para admirarte

Y tus ojos me extrañan, me sofocan…

Y si me mirases no contara las horas

Sólo por perderme en el aquí y en el ahora

Ese de tus ojos alegres, sonrientes, delirantes

Ese de tus labios implacables, carcajeantes, deseables

Y me pierdo un poco más, y es que no lo concibo

¿Cómo es que tú y yo no nos hemos conocido?

¿Cómo es que tú y yo no nos hemos hablado?

¿Cómo es que acaso ni nos hemos mirado?

¿Qué está pasando, será alguna especie de mala suerte?

Quizá no existe tal juicio inerte

Porque ahora te veo un poco, y no dejo de sorprenderme