ELLOS
No están, simplemente no
están
-¡Simón! ¡Ven acá, rata
rastrera! –Se oía gritar a Tomás con furia.-
Al voltear, no había ningún
Tomás
-Hijo, preparé lo que te
gusta. –Decía mamá, tranquila y cariñosamente.-
Al ver bien, no había
ninguna mamá
-Simón…, te amo. –Se
escuchaba la triste y amorosa voz de Anna.-
Pero, nuevamente, al
voltear, no había ninguna Anna.
Es tan solitario, estar
aquí…, Sólo oscuridad
Me siento tan solo, siempre
solo
Una noche eterna es la que
vivo, siempre, tinieblas
Recuerdos fugases pasaban
por mi mente
-¿Por qué no buscas algo de dinero en esa caja fuerte que está ahí? –Decía
un extraño hombre enmascarado.-
-¡No me sé esa clave! –Gritaba, desesperado, llorando
-Vamos, intenta descifrarla, por cada dos minutos que no esté abierta
mataré a cada uno de los de aquí. ¿Te parece? –Decía, a carcajadas.-
Lágrimas recorren por mis
mejillas; tres personas, la policía llegó luego de quince minutos.
Sin comer, sin dormir, estoy
flaco, sólo en un oscuro cuarto de eternas tinieblas
Me recuesto, viendo al techo
Diviso una luz en medio de
la oscuridad, y oigo murmullos, que se van convirtiendo en gritos
-¡Ven, Simón! –Gritaba
Tomás.-
-¡Te esperamos, hijo! –Esa
era mamá.-
-Simón… ¡Te amo! –Gritaba
Anna con lágrimas en los ojos.-
Me tomaron de los brazos,
fui hacia donde estaban
No había hambre, no había
sueño, no había dolor
Ahora están, ahora sí están
Me siento feliz
Los amo a todos…
Hora de muerte: 02:51
a.m.
Causa de muerte:
Trastornos de alimentación y sueño
Nombre del afectado:
Simón Ruiz