CANTO
HUMANO
Hay un momento en el cual
drásticamente dejo de pensar
Y me hago a la idea de que hay un
vacío, de que nada es lo mismo
Las pesadillas parecen caminar, y no
dejo de imaginar
¿Cómo serían las cosas si pudiésemos
recapacitar?
Me siento perdido y a medio devastar
Lágrimas extrañas y desorbitantes de
mi mente
Esperan con ansiedad el momento de
acabar
Cuando el ocio consuma la última
parte de mi pensar
Y me vuelva entonces un mono, de
esos que no piensan
De los que son primos lejanos y en
casi nada se aparentan
A los estúpidos humanos, aquellos
que hoy reinamos
Y nos revolcamos en odio, en miseria
y en miles de engaños
Drásticamente pienso que no sirve de
nada el pensar las cosas mil veces
Pensar a más de mil por hora, no
entiendo cómo la gente se enfrasca en tanta demora
En tanta desidia, en tanto rencor
Y se pelean mil veces más esperando
una respuesta: Maldito seas, piensa
¿Cómo el resultado será distinto si
haces la misma mierda?
Groserías insensatas que no deberían
aparecer en un poema de esos negros, de esos que no se leen
Pero supongo que así son las cosas,
que así nadie pensará en la verdad
Que mientras se sigan ocultando las
realidades que son escritas las personas se seguirán ahogando en sus mentiras
infinitas
Y nunca, más nunca podrán analizar
las cosas que están haciendo mal, las cosas que nunca vendrán
“Por mi culpa, por mi culpa, por mi
gran culpa” Como recitan los feligreses a la hora de la misa, pero no se lo
creen ni ellos mismos, nunca aceptarán la verdad
Y todos se llenan las bocas de
grandes misterios bíblicos y supuestos perdones sinceros.
Si te vas a humillar frente al padre
no le des una puñalada a tu hermano: Sabes que Él te está viendo, ¿por qué le
haces morcillas al Diablo?
Y me he dado cuenta que más nos
transformamos a la miseria, de que más nos molestamos, de que más nos centramos
en las cosas que en realidad no tienen ni valen la pena.
Cuestiones que podrían ser resueltas
por más que dos palabrotas, por más que dos puñetazos: por un simple estrechón
de manos, una cuenta borrada y un trago. ¿Es tan difícil hacerlo de esta
manera?
Los belicosos malnacidos siempre
ganan la meta, y nos untan en sus excrementos incluso cuando no queremos.
¿Adolf Hitler, recuerdan? El ejemplo de primera.
¿Te sientes identificado y te
insulta parecerte al difunto? Deja de hacer tanto barullo y métete la lengua
dentro del culo.
No me importa si ya hay dos
palabrotas, ¿no te gusta hablar así? Aguántalo como persona, no como animal,
que pareces y eres ahora.
Las conclusiones no hacen falta,
cada quien que las piense.
Si existe Dios, él nos hizo seres
pensantes, ¿no es así?
Es hora de quitarnos los disfraces.