miércoles, 23 de julio de 2014

EL QUE RÍE AL ÚLTIMO RÍE MEJOR | Monólogo N#18



EL QUE RÍE AL ÚLTIMO RÍE MEJOR

Tomo una bocanada de humo y la suelto, miro al cielo.

Veo cómo el humo desaparece entre las nubes, tomando formas ligeras y cambiantes.

Se forma un mapa, alrededor de una masa amorfa de agua condensada.

Hay veces que me tomo el tiempo de preguntar el por qué de las cosas, la situación actual, la miseria. Pero son simples preguntas de otro habitante cualquiera de un país semidestruido. Me pongo a observar algo como el humo saliendo de mi boca, una cosa tan insignificante que acarrea un gran significado, se debate entre la vida y la muerte dentro de mis pulmones. Igual que el país.

Sigo pensando en ese significado insignificante de que apenas representamos un microbio en todo lo que es el universo. Pero aún así nos importa, aún así pensamos que según ideologías se salvan y se destruyen cosas. Presentimos una verdad absoluta dentro de una verdad más grande.

Los nacionalistas ponen a su patria por sobre todas las cosas, los cosmopolita ponen al mundo, a su humanidad.

El universo es más que un mundo, y mucho más lleno de distintas ideologías que no conocemos, porque simplemente no las queremos conocer.

A pesar de ser minúsculos nos importa, porque es un problema mayúsculo dentro de lo que es “la vida” en la tierra.

Luchar por lo que piensas a veces no es en vano, porque estás luchando por tu propia verdad absoluta.

Por eso hay tanta suciedad en la política, todos luchan contra todos, a cualquier precio, para demostrar que su verdad es la verdadera.

Hay veces que esas verdades absolutas se empiezan a tornar en mentiras. Las mentiras siempre han llevado a la autodestrucción del ser. Igual que las verdades, sólo que las mentiras son más rudas.

Cuando una mentira se hace verdad todo cambia, todo se torna en blanco y negro con contrastes más oscuros que claros de por medio.

“Estamos bien” “Por lo menos tenemos patria”

Se han convertido en mentiras verdaderas dentro de las cabezas de tantas personas…

A veces no tiene sentido el discutir porque si a mí me da risa lo que ellos piensan ellos se deben cagar de la risa el doble.

O el triple.

El político supremo se cagó de la risa el cuádruple frente a todos. Incluso frente a los mentirosos verdaderos.

Y su risa se sigue extendiendo como un eco aún después de su extinción.

El supuesto hijo no se ríe. 

Llora en risas sollozantes. Entre lo que está bien y está mal para él.

Me da risa su risa, sus llantos. Todos nos reímos.

Me cago de la risa pensando que sus verdades son mentiras que se destapan a la realidad.

Me estoy riendo en tu cara, güevón, más de lo que tú piensas.

¿El que ríe al último ríe mejor?

Disfruta tu risa de momento con gusto.

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